Por Paulo De León
La inflación es un concepto macroeconómico que significa el aumento generalizado de los precios al consumidor final. Su origen es por lo tanto macroeconómico, pudiéndose ser causada por dos razones y dos razones únicamente: o lo es por un problema de oferta y demanda, o por un problema de impresión excesiva de dinero.
La inflación mundial que estamos viviendo en todo el planeta tiene ambos elementos involucrados. Si bien es cierto los principales Bancos Centrales han impreso cifras históricas de dinero, también la crisis de covid y ahora de la Guerra Ucrania Rusia, han afectado la oferta de productos produciendo escasez y como consecuencia aumento de precios.
Un regulador de competencia vive en el mundo microeconómico por definición. El funcionamiento de mercados específicos y no macroeconómicos. La reciente escalada de precios no tiene que ver por el funcionamiento de mercados individuales y para un experto del tema de competencia debe de tener la capacidad de separar ambos fenómenos: macro y micro; para llegar a conclusiones correctas.
Una de las prácticas de abuso de poder de mercado, que parten con la premisa de posición dominante, es la subida de precios para aprovecharse de dicha posición. Podría llegar a confundirse ambos fenómenos si estamos en un entorno inflacionario como el actual. Y es que estamos ante la presencia de la separación de roles de las diferentes instituciones, y saber que corresponde a cada una es parte importante de su solución.
Ante esta escalada de precios mundial provocada por el primer mundo, poco podemos hacer en los países tomadores de precios de materias primas, no digamos un regulador de competencia. Su rol es de vigilancia no más, y de prevenir que sobre el fenómeno macro se de uno micro. No sólo enfrentamos un problema mundial de precios también uno de desabastecimiento que ocasiona escasez de productos, que también es un fenómeno macro que puede ser confundido por una entidad reguladora de competencia como un tema de acaparamiento.
En este entorno macro, la verdad que una entidad de competencia tiene poca injerencia. Es el rol de los Bancos Centrales primordial en restablecer el equilibrio de precios, y es rol de las entidades de defensa del consumidor prevenir abusos en la comercialización. Como lo relevante para una entidad de competencia es la microestructura de un mercado específico, la situación actual no cabe en dicha definición. Su rol debiera ser más pasivo y más educativo.
La educación económica en la población es clave. Lo importante no es sólo que cada institución entienda sus roles, también lo haga el público en general para conocer quién es responsable de cada fenómeno económico, que como hemos visualizado en el presente artículo, puede que se presten a diversas interpretaciones y asignaciones de roles erróneas.
El “advocacy” es un rol importante de la entidad de competencia en los países. Su rol educador debe partir lo antes posible para que las disrupciones económicas sean mínimas cuando no haya necesidad de hacerlo.